EJERCICIO DE INTROSPECCIÓN

La igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y mujeres son iguales ante la ley, lo que significa que todas las personas, sin diferencia alguna tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto. En definitiva la igualdad de género implica que hombres y mujeres deben recibir los mismos derechos y beneficios, las mismas sentencias y ser tratados con el mismo respeto.

Por otro lado la equidad entre hombres y mujeres supone que haya justicia dentro de esta igualdad, es decir, que todos reciban y den sobre el tema que corresponda de manera equitativa.  Dentro de las características de la equidad de género encontramos que es una consideración de carácter ético para aplicar medidas que disminuyan las desigualdades entre hombres y mujeres.

La desigualdad de género se puede considerar como un estancamiento del progreso social; por lo que se considera que el empoderamiento de las mujeres y niñas es fundamental para el crecimiento económico y promover el desarrollo social. Para ello es importante promover la igualdad de género

Supongo que existen multitud de estrategias para conseguir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, lo que nos llevarán a fomentar la igualdad de género en diferentes áreas de la sociedad. Aquí nos interesa sobre todo qué podemos hacer como empleados públicos para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres.

Cuatro claves que se me ocurren que modestamente se pueden realizar para fomentar la igualdad de género:

  • Convivir y crecer con igualdad de oportunidades.
  • Realizar actividades para fomentar la equidad de género.
  • Apoyar la asunción de responsabilidades por igual.
  • Eliminar los prejuicios y las ideas preconcebidas.

Y podría seguir dando puntos clave para fomentar la igualdad de género desde pequeños detalles diarios hasta acciones más grandes que consigan una mayor sensibilización mundial medidas de carácter transversal que se aplicarán en el conjunto de la Administración pública del Estado, con el objetivo de actuar de forma homogénea y en base a criterios y acciones comunes, aunque los diferentes departamentos ministeriales y sus organismos dependientes puedan desarrollarlo e implementarlo con medidas específicas.

Cabe señalar que, en la Administración General del Estado, el acceso al empleo público no muestra, en líneas generales, desequilibrios significativos en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, al regirse por los principios constitucionales de capacidad, mérito e igualdad, aunque, algunos factores pueden contribuir a la brecha salarial, como la segregación por sexo del mercado laboral, las diferencias entre mujeres y hombres en la promoción y el acceso a puestos de responsabilidad o el mayor peso de la conciliación de la vida familiar y laboral en ellas.

Corresponsabilidad y conciliación de la vida laboral, personal y familiar a la que ya me refería como una de las claves. Seguir avanzando en la corresponsabilidad y la conciliación de la vida laboral, personal y familiar de los empleados públicos.

En este sentido, la Administración General del Estado debería apostar por la corresponsabilidad, en línea con acciones impulsadas recientemente, como la equiparación de forma progresiva del permiso de paternidad al de maternidad en el sector público. Así, se incluyen medidas para fomentar la formación y el acceso a promoción interna y para reequilibrar situaciones desfavorables como las excedencias por agrupación familiar o los permisos para personas con familiares a cargo.

Por último y, de manera concreta, la importancia de la interseccionalidad y las situaciones de especial protección, actuando, por primera vez frente a diferentes formas de desigualdad o discriminación contra las mujeres que pudieran darse en el seno de la AGE, al incluir diagnósticos comparados y medidas relacionadas con incapacidad, todo tipo de discriminación y atención a la diversidad sexual.

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